Todo el amor eterno que tengo para las calabazas (2016) es
una de las salas del infinito espejo del artista Yayoi Kusama. Esta instalación
es la primera sala de espejo de calabaza creada por Kusama desde 1991, y la
única sala de espejo infinito de su tipo en una colección de América del Norte.
Yayoi Kusama: Todo el amor eterno que
tengo para las calabazas enfoca la cámara reflectante en una serie de calabazas
amarillas acrílicas cubiertas de lunares negros, uno de los símbolos de uso
frecuente de Kusama. Los visitantes entrarán en el espacio con espejos y se
sumergirán completamente en la creación de Kusama, convirtiéndose en parte del
arte.
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